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Carlos Rocha
Ingeniero de Sistemas - Creador de Below The Game | 33 años
Carlos Rocha
Ingeniero de Sistemas - Creador de Below The Game
El cerebro de los videojuegos
Para Carlos Rocha, un hombre tímido, los juegos de video son su manera de comunicarse con el mundo. En ellos puede mezclar lo que ama: la música, la literatura y la filosofía. Con ellos intenta crear belleza. En un país con una joven industria de videojuegos, su empresa, Below The Game, ha ascendido vertiginosamente en menos de una década y ha logrado codearse con las grandes plataformas del sector en el mundo.
Descubrió su vocación mientras estudiaba Ingeniería de Sistemas en la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Con dos compañeros creó la empresa que hoy distribuye productos a Xbox y PlayStation. “Nosotros conceptualizamos juegos para clientes en Estados Unidos y Europa y ellos los venden. Todo esto ha servido de formación para crear nuestro propio catálogo”, señala.
{Cuarenta menores de cuarenta}
“Cuando mostramos nuestro catálogo en Alemania, Boston y San Francisco la gente se sorprende. Eso es para mí una validación de que hacemos cosas únicas”.
Below the Game ha entrado a competir en mercados internacionales con juegos que transcurren en Colombia. En Palabras de independencia, por medio de acertijos los jugadores conocen este capítulo de la historia del país; mientras que Cartas del tiempo es un viaje histórico para conocer íconos de la cultura nacional, como Gabriel García Márquez. CrisTales, creado desde SYCK (otra de sus empresas), repasa cuentos infantiles que marcaron a varias generaciones, recibió cinco premios Game Connection en San Francisco y se presentará al público en un año y medio. El próximo junio lanzará Haimrik, un juego que demoró dos años en desarrollarse.
La clave para sobrevivir en una industria tan costosa –mínimo $150 millones por juego– es crear algo que nadie haya visto, piensa Carlos. “Cuando mostramos nuestro catálogo en Alemania, Boston y San Francisco la gente se sorprende. Eso es para mí una validación de que hacemos cosas únicas”, afirma este emprendedor, que convirtió su pasión en un buen negocio.