Negocios con las uñas
Cuando Liliana Franco vio por primera vez la impresora para uñas le llamó mucho la atención, y no era para menos. La máquina cuenta con una pantalla en la parte superior y un agujero debajo. Lo primero que hace el cliente es elegir, entre más de 3.000 diseños, uno que le guste, luego el usuario inserta sus dedos en el agujero.
Como si fuera magia, la máquina pinta la imagen sobre la uña. “A mí, como diseñadora, me pareció suprema - mente innovador ver imprimir diseños en las uñas. Eso no existía en Colombia”, afirma. Su idea inicial era vender las impreso - ras a los salones de belleza. Junto a Andrés Torres, su socio y esposo, se convirtieron en los distribuidores autorizados, pero las cosas no salieron bien, quizá debido al alto costo de las máquinas.
{Cuarenta menores de cuarenta}
“Decidimos montar un spa de uñas y ofrecer la impresión digital de una manera diferente”.
Entonces la idea inicial tomó un giro. “En ese momento decidimos montar un spa de uñas y ofrecer la impresión digital de una manera diferente”, dice Liliana, quien hoy cuenta con un modelo de negocio que no solo ofrece manicures muy pulidos, sino experiencias a sus clientes.
Ese factor diferenciador ha sido clave en la expansión de Super Wow, que iniciará operaciones en Monterrey (México) y que por medio de franquicias pretende cerrar el año con 25 locales, pues si algo tienen claro sus dueños es que crecer está en sus manos.