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Luis Miguel Bermúdez

Finalista del Global Teacher’s Prize

Maestría más allá de las aulas

Luis Miguel Bermúdez jugaba a ser maestro, pero cuando se graduó del colegio su papá le dijo: “No, eso no da plata”. Por no contradecirlo, se matriculó en la Universidad Distrital a Ingeniería Forestal, pero decidió retirarse para hacer lo que real - mente le gustaba. Con el apoyo de su madre se graduó como licenciado en Educación Básica. “Pudo más mi vocación”, asegura.

Después de cursar una maestría y un doctorado, en el que diseñó un modelo de ciudadanía sexual, empezó su carrera docente dictando clases de Ciencias Sociales en 2011. El colegio Gerardo Pérez, en Suba, concentraba muchos de los problemas centrales del país: pandillas, microtráfico, intolerancia y embarazos tempranos. Luis Miguel fue más allá de las clases, intervino esos aspectos, en especial el último, y terminó cambiando las vidas de una generación.

{Cuarenta menores de cuarenta}

“Con todo este proceso, le enseñé a mi papá y le estoy enseñando a la sociedad que ser profesor sí paga”.

En el colegio, 70 niñas quedaban embarazadas cada año, él redujo esa cifra a cero. Su método fue implementar un currículo de educación sexual que invitaba a los estudiantes a escribir relatos autobiográficos sobre su construcción de la masculinidad y la feminidad: ¿Qué los oprimía? ¿Qué los liberaba? Gracias a ese programa, muchos comenzaron a usar métodos anticonceptivos.

“Con todo este proceso, le enseñé a mi papá y le estoy enseñando a la sociedad que ser profesor sí paga”, lo dice ahora, cuando el Premio Compartir lo distinguió como el mejor maestro de Colombia y el Global Teacher Prize lo designó como uno de los mejores profesores del mundo.

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