Tiempo después, estudió Diseño Industrial en la Universidad Javeriana. En 2008, ingresó a la Universidad Estatal de Nueva York y estudió Diseño de Juguetes. De ahí saltó a una compañía de juguetes y tablas de surf en Los Ángeles, California. Después de tres años de trabajo, las cosas estaban así: la empresa sin recursos y su visa de trabajo a punto de vencer. Entonces aplicó como diseñador a Lego. Lo llamaron y participó en un taller/entrevista en Dinamarca con 17 candidatos. Era el único latinoamericano.

“Pasaron un par de semanas y me ofrecieron el trabajo. Acepté sin siquiera saber el sueldo. No me importaba, pues era el trabajo de mis sueños. Eso fue exactamente hace cinco años y durante este tiempo he ascendido hasta ser diseñador senior”. Su dedicación lo ha llevado muy lejos, al punto de ser uno de los responsables de la línea de Star Wars de la marca.

Luis dice que cada vez es más consciente de disfrutar el presente y que no ansía imaginar lo que viene: “Creo que lo más divertido es el recorrido y no la meta. La meta llega y la euforia dura muy poco”.