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Gleo

Artista urbana | 27 años

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Gleo

Artista urbana

Muros sin fronteras

Sus lienzos son muros de la calle y fachadas de edificios. Su trabajo, inspirado en iconografías precolombinas, ha llegado a Argentina, Paraguay, Perú, Brasil, Ecuador, Costa Rica, México, Estados Unidos, España, Portugal, Bélgica, Suecia, Holanda y Marruecos. Estas paredes son su imagen ante el mundo, pues prefiere no revelar su cara en ningún medio.

Nació en Bogotá y vivió en Cali desde los nueve años. “Quería estudiar química porque me encantan los números, pero mi hobby era dibujar. Entré a la universidad y en cuarto semestre me di cuenta de que era al revés: la química era mi hobby y el dibujo mi vocación”. Probó con Artes Visuales, pasó a Diseño Gráfico, pero su formación real sería en las calles y viajando.

{Cuarenta menores de cuarenta}

“La calle es una escuela gigante, en la cual uno puede ser autodidacta, pintar y cuestionar el espacio público”.

Empezó frente a su casa en un desencuentro con sus futuros colegas: ella había hecho su primer muro, un grafitero más experimentado quería esa misma pared y su mamá salió a defenderla: “Si usted tapa eso, le llamo a la Policía. Eso lo hizo mi hija y no lo tapa”, le dijo con firmeza. En lugar de quedar enemistados, a partir de ese momento Gleo se unió a ellos, sumándose al todavía menor pero creciente número de mujeres artistas urbanas del país. Siguieron los festivales y proyectos en Bogotá, Ecuador, Perú y México.

El país azteca apareció como opción por una beca que no se concretó, pero acabaría abriéndole camino tras encontrar trabajo en una galería de arte urbano. Después se fue con sus pinturas a Europa y empezó a vivir de lo que antes era su hobby. “Esta es una máquina que no quiero parar.

La calle es una escuela gigante, en la cual uno puede ser autodidacta, pintar y cuestionar el espacio pú- blico. Lo que está pasando con las personas y hasta con uno mismo”, reflexiona.

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