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Nidia Góngora

Cantante de Canalón de Timbiquí y Pacífico Electrónico | 37 años

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Nidia Góngora

Cantante de Canalón de Timbiquí y Pacífico Electrónico

La voz del Pacífico

Nidia Góngora lleva en su sangre los ritmos del Pacífico, acompasados por la marimba. Desde antes de nacer escuchaba los vibratos de la voz de su madre interpretando los tradicionales cantos de Santa Bárbara de Timbiquí (Cauca). Allí nació y allí fue recibida por Mayúa, una de las matronas más importantes de esa época. “Haber sido recibida por mi familia y por una partera, haber sido fruto de ese conocimiento ancestral que hay en Timbiquí y en el Pacífico es lo que me mueve y da sentido a mi trabajo”, declara.

Pasaba sus días cantando entre el colegio y la casa, entre la iglesia y el barrio, junto al río. Pero cuando terminó el bachillerato su vida dio un giro: “A pesar de que en nuestra cultura la música ocupa un papel muy importante, mis papás no la veían como una profesión”, cuenta. Entonces se fue a estudiar Educación Preescolar en la Universidad Santiago de Cali y enseñó durante nueve años, hasta que el llamado de la música ya no le dio más espera.

{Cuarenta menores de cuarenta}

“Sentíamos la necesidad de traer con nosotros esa tradición musical y eso fue lo que hicimos”.

Hoy su vida profesional gira en torno a dos proyectos: Canalón de Timbiquí y Pacífico Electrónico, este último junto al británico Quantic. “A mí la música me apasiona. He tenido colaboraciones con muchos grupos. He explorado diferentes géneros, he grabado cumbia y tropical... pero el trabajo significativo ha sido en torno a la música tradicional de la marimba”, cuenta.

A través de su voz aguda y la sabrosura que la caracteriza, Góngora sigue buscando garantizar que la tradición permanezca viva, crear semilleros y seguir transmitiendo los sonidos del Pacífico y la herencia ancestral de la región: “¿Qué es lo que a mí me interesa? No es ganar todo el dinero del mundo para que se acabe, sino que la música nuestra la aprendan para que no se muera. Te lo digo de corazón”.

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