Ya empiezan a conocerse los impactos económicos del coronavirus y los efectos de la cuarentena: el primer trimestre la economía creció 1,1% frente al mismo periodo de 2019, cuando entre enero y febrero de este año la dinámica había estado por encima de 4%. Solo marzo, con apenas unos diez días de aislamiento obligatorio tuvo una caída de casi 5%.
Días después apareció el dato de desempleo para abril, cuando la cuarentena y el aislamiento fueron plenos. Los resultados son dramáticos: la tasa llegó casi a 20% y se perdieron 5,4 millones de empleos. Además, la economía podría caer este año -5,5%, en un escenario intermedio, pero en otros más ácidos podría superar el -8%. Ahora se inicia un proceso de reactivación de sectores que estuvieron paralizados durante la cuarentena y de la nueva normalidad.
La economía podría caer este año
en un escenario intermedio.
En medio de esta complicada coyuntura, muchas empresas tuvieron que adecuar plataformas, organizarse internamente, operar de forma remota y responder a las necesidades del mercado y de sus clientes.
En este contexto, Great Place to Work® anunció su 17a lista anual de Los Mejores Lugares para Trabajar en América Latina, en tres frentes: las multinacionales –donde gana DHL Express, seguida de hoteles Accor y Dell Technologies–; las empresas con más de 500 empleados –que lideró la Aseguradora Solidaria de Colombia, en segundo lugar quedó la Sociedad Portuaria de Cartagena y luego el Banco Galicia de Argentina– y el grupo de compañías entre 20 y 499 empleados –enca- bezado por el Terminal de Contenedores de Cartagena, Contecar de Colombia, Seguros Universales de Guatemala y Levvo de Brasil–. (Ver tablas)
“La pandemia de covid- 19 es un desafío al que se enfrentan las organizacio- nes en todo el mundo y, en este contexto, las em- presas que han creado culturas de confianza, co- locando a su gente en el centro de su estrategia, tienen una clara ventaja competitiva”, dijo Michael C. Bush, CEO Global de Great Place to Work®.
Esta clasificación se basa en datos de encuestas a empleados y otra información recopilada antes del brote de coronavirus. La pandemia ha puesto una prima en el bienestar físico y emocional de los empleados.
La investigación involucró cerca de
millones de respuestas de encuestas de empleados.
Sin embargo, desde antes de la crisis la investigación encontró que la sensación de seguridad era clave en la región, que ya registraba tensiones sociales y políticas, y una alta volatilidad económica. Y ahora este concepto se ratifica como una característica distintiva de los mejores lugares de trabajo en toda América Latina.
La seguridad, en este marco, se traduce en una gestión accesible y transparente por parte de los líderes, un entorno psicológicamente saludable y una cultura en la que las personas se preocupan los unos de los otros. Incluye también el orgullo de los empleados acerca de las formas en que su empleador contribuye al bienestar de la comunidad.
“Solo 58% de los empleados de organizaciones que no ganaron un lugar en nuestro mejor ranking de América Latina experimentan una sensación de seguridad en el trabajo. Esta cifra es dramáticamente más alta en Las Mejores de América Latina. En el segmento de Las Mejores Multinacionales, 85% de los empleados perciben un clima de seguridad y cuidado. 89% de los empleados del segmento de Las Mejores Grandes Organizaciones experimentan una sensación de seguridad, y un sorprendente 93% de los empleados del segmento de las Pequeñas y Medianas se sienten seguros”, explicó la organización.
“En América Latina, encontramos que la percepción de trabajar en un lugar psicológica y emocionalmente saludable es fundamental para las personas. Es así como Los Mejores Lugares para Trabajar, dando respuesta a los desafíos que se han evidenciado en esta nueva realidad que se está configurando, se han destacado por la implementación de políticas y prácticas encaminadas a brindar mayor seguridad física y emocional a sus colaboradores”, advierte Jaime Urquijo, director ejecutivo de Great Place To Work® en Colombia.
Según el directivo, los planes de acción que se definan en la actualidad deben estar motivados por una perspectiva de mediano y largo plazo, para que realmente abonen a la construcción de la organización que vendrá.
Moverse en este nuevo normal y construir el escenario laboral del futuro en las organizaciones será una de las tareas más retadoras para enfrentar la etapa pos-covid y empezar a labrar el camino de la recuperación económica.